El sector de las ventanas, representado por la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de PVC (Asoven), subraya el esfuerzo continuado de sus empresas asociadas para avanzar hacia un modelo constructivo más sostenible, seguro, eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Se encuentra, de este modo, alineado con la industria de los cerramientos de PVC, que mantiene un firme compromiso con los principios de la economía circular, la sostenibilidad y la salubridad de sus materiales.
En un momento en que la sostenibilidad se ha convertido en un eje estratégico para el sector de la edificación, explica que la ventana de PVC se posiciona como un producto de altas prestaciones, larga vida útil y bajo impacto ambiental. Con una durabilidad media de entre 30 y 50 años, el PVC es reciclable (mantiene un círculo cerrado de reciclaje, tanto en preconsumo como en posconsumo).
Las primeras ventanas de PVC instaladas en España en los años 80 y 90 están empezando a reemplazarse al comenzar a llegar al final de su vida útil, recuerda la asociación. Por este motivo, espera una mayor disponibilidad y un número creciente de ventanas de PVC para reciclar en España en los siguientes años. Desde el nacimiento de la industria, se ha ganado una cuota de mercado de al menos un 36%, según datos del estudio de mercado europeo de la VFF (asociación de ventanas y fachadas de Alemania).
“El reciclaje es una realidad tangible en nuestro sector. En la actualidad, los fabricantes de ventanas de PVC ya envían sus mermas y retales para ser reciclados a los fabricantes de perfiles. Ahora, esperamos que el aumento que hemos tenido en la cuota de mercado de las ventanas se vea también reflejado en una mayor demanda de reciclaje en los próximos años. Facilitamos la interlocución con empresas recicladoras de forma habitual y estamos a disposición del mercado para aclarar cualquier duda sobre el reciclaje de PVC”, afirma Jaime Fernández, director de Asoven.
La industria europea del PVC también ha demostrado su responsabilidad ambiental a través de compromisos decenales voluntarios que empezaron a implementarse en el año 2000, hasta el actual VinylPlus 2030, un marco que guía la sostenibilidad del sector con objetivos concretos, evaluación independiente y trazabilidad auditada.
Asoven explica que los aditivos ofrecen al PVC una variedad enorme de características y lo convierten en un material muy versátil. De forma general, añade, el PVC se categoriza en PVC rígido y PVC flexible. El PVC rígido se usa para perfiles de ventanas, tuberías, canaletas y regletas, entre otras aplicaciones, mientras que el PVC flexible se encuentra para revestimientos de cables, instrumental médico y recubrimiento de paredes. Una de las principales diferencias es que el PVC rígido no contiene algunos aditivos como plastificantes, incluidos los ftalatos, en su composición, apunta.
El PVC rígido de las ventanas fabricadas en la Unión Europea es seguro para la salud humana, puntualiza. Como todas las sustancias químicas que se comercializan, deben ser aprobadas por el Reglamento REACH, que es considerado el marco regulatorio más estricto a nivel mundial relativo a sustancias químicas.
“De hecho, la industria del PVC aboga constantemente por un enfoque sólido y con base científica para garantizar que materiales como el PVC estén regulados de una manera que proporcione una protección óptima de la salud humana y el medio ambiente, al tiempo que invierte e innova para el desempeño sostenible en beneficio de la sociedad”, manifiesta Fernández.
El Informe de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), publicado hace casi dos años, estudia los aditivos que contiene el PVC e identifica a aquellos que podrían requerir nuevas acciones regulatorias. La Comisión Europea no ha iniciado todavía acciones legislativas con base en estas recomendaciones. En cualquier caso, estos aditivos, como los ftalatos, no están presentes en los perfiles de PVC rígido.
Este informe ha contado con la colaboración de asociaciones europeas como VinylPlus y EPPA, de la que Asoven es asociado, que han documentado el uso seguro del PVC-U (PVC rígido no plastificado) en ventanas, el control riguroso de microplásticos en el reciclaje y la no utilización de aditivos conflictivos en perfiles fabricados en Europa.
Desde el año 2000, la industria del PVC ha reciclado más de 17,6 millones de toneladas de residuos, evitando más de 8,8 millones de toneladas de CO₂, recuerdan desde la asociación. Solo en 2023, en Europa se reciclaron 737.645 toneladas de PVC, de las cuales 390.000 toneladas fueron destinadas a la fabricación de nuevos perfiles de PVC para ventanas.
“Nuestros asociados están plenamente alineados con las políticas europeas de economía circular. El sector del PVC no solo cumple: innova, mejora y contribuye activamente a un modelo constructivo más responsable”, concluye Jaime Fernández.
David de Ugarte, presidente de la Fundación Repoblación, advirtió del riesgo de diseñar para arquetipos mediáticos, como el que asocia el coliving con jóvenes urbanos, e instó a pensar en soluciones para perfiles reales y diversos.
En cuanto a la afiliación en el sector, esta experimenta un crecimiento del 2,6%, alcanzando en mayo la cifra de 1.453.998 personas afiliadas, según datos aportados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
“En general, la evolución del consumo de cemento está siendo la más positiva de los últimos cinco años analizados, una tendencia que esperamos se mantenga en el segundo semestre del año”, indica el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.
Los usuarios reciben informes detallados en solo 48 horas, ahorrando tiempo y costes asociados a desplazamientos, lo que les permitirá estudiar más proyectos así como reducir los riesgos de trabajo en altura.
La empresa abarca desde la sensorización predictiva y el autodiagnóstico de anomalías, hasta la integración con herramientas BIM o Presto para el diseño y control económico de proyectos.
Ante un endurecimiento normativo y la creciente exigencia de sostenibilidad en la edificación, el pavimento de madera emerge como la apuesta dual que une eficiencia energética y compromiso medioambiental.
El impulso a la rehabilitación energética avanza, pero sigue sin alcanzar a quienes más lo necesitan. La oportunidad de transformar el parque edificado en clave social y ambiental exige una planificación precisa, visión a largo plazo y una acción coordinada desde lo local.
En cuanto a la actividad de rehabilitación residencial, se puede apreciar un ritmo de crecimiento anual del 27,3%, lo que constituye el mayor dato de un primer trimestre de toda la serie histórica (desde 1991).
Además, la planta de reciclaje de la empresa en Diskmuide (Bélgica) está certificada bajo la Certificación del Proceso de Reciclaje RecyClass.
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