La construcción en madera está despegando fuertemente por las muchas ventajas que ofrece a nivel ambiental, y el sector del pavimento de madera no puede quedarse al margen, por lo que debe hacer valer su potencial funcionalidad en las certificaciones (Passivhaus en construcción pasiva, nuevos certificados de sostenibilidad y salud como WELL, BREEAM, LEED…) que han venido para quedarse.
Obviamente, no tendría mucho sentido que todas las virtudes técnicas de la madera aplicada a la construcción, como su idoneidad para sistemas modulares, la facilidad de transporte, la reducción de cargas en cimentación, el rápido y preciso ensamblaje, etc., se vieran de alguna manera mermadas con la instalación de pavimentos y revestimientos que no cumpliesen además con todos los beneficios medioambientales e incluso de salud que sí encontramos en los suelos de madera.
Así, a la sostenibilidad orgánica que le confiere a la madera ser material renovable y reciclable, se le unen varias características más, como el aislamiento, tanto térmico como acústico, que reduce costes energéticos, la belleza natural y la versatilidad para adaptarse a cualquier estilo constructivo, entre otras.
Todas estas cualidades las encontramos en el suelo de madera en cualquiera de sus variantes. Vamos a detenernos en algunas de ellas.
Si se elige un suelo de parquet cuya madera proviene de bosques gestionados de forma sostenible, también se escoge un producto respetuoso con el medio ambiente. Los árboles jóvenes absorben CO2 y la madera transformada en parquet conserva la cantidad de CO2 almacenada todo su ciclo de vida.
La madera es un producto natural y cada pieza tiene sus propias características. Podemos ver suelos de madera en edificios históricos y en instalaciones de alto tránsito de personas que permanecen en perfecto estado de conservación después de años y años.
Reformar o restaurar un suelo de madera en lugar de sustituirlo por uno nuevo es un 40% más barato, se tarda la mitad de tiempo, no se generan escombros que haya que gestionar… Y, además, permite cambios en el color, la intensidad del brillo del acabado, entre otras posibilidades.
Todas las superficies tienen que limpiarse y mantenerse; el suelo de madera no es una excepción, pero ni mucho menos es complicado ni costoso. Es importante seguir los consejos del fabricante y del instalador para mantener el suelo limpio y en perfecto estado.
La renovación tampoco es un problema; la actual maquinaria permite dar una segunda vida al suelo reduciendo casi por completo el polvo que genera el proceso. Lo mismo ocurre con los productos de acabado; hoy día los barnices al agua no producen olor ni vapores molestos. Otra opción muy saludable es la aplicación de aceites que ofrecen unos acabados perfectos y muy naturales.
Y algo muy importante: el suelo de madera permite la reposición parcial de piezas o zonas que se deterioran; no es necesario cambiar la totalidad de la superficie como ocurre con otro tipo de materiales.
La instalación de suelos de madera es perfectamente compatible con los sistemas radiantes de calefacción y refrigeración. A todas las ventajas de confort y salubridad que aporta el parquet se pueden sumar los beneficios de un sistema que consume menos energía que la calefacción/refrigeración tradicional, siendo por tanto una alternativa sostenible.
Productos como el parquet contribuyen a crear un ambiente de comodidad y confort inigualables. La madera procura espacios saludables porque reduce la proliferación de microbios, regula la humedad de las estancias y mitiga el ruido y las reverberaciones.
Diferentes estudios avalan efectos positivos en la salud humana, como menores niveles de estrés en personas que viven o desarrollan su actividad laboral en entornos con madera.
En definitiva, en la cada vez más firme apuesta por la construcción industrializada con madera, donde todo el proceso se realiza con métodos controlados, precisos, rápidos y eficientes, el pavimento de madera es el complemento perfecto.
Todas estas afirmaciones que a priori podrían parecer irrefutables compiten a la vez con cierta desinformación entre prescriptores y consumidores. Desde FEPM detectamos que los estudios de arquitectura e interiorismo, principal línea de prescripción, mantienen como ciertas desventajas de la instalación de suelos de madera que actualmente la investigación y la técnica ya han superado ampliamente. Una muestra clara de este desconocimiento se percibe en la elección de otro tipo de material cuando se coloca el pavimento con sistemas radiantes.
Científicamente está demostrada la compatibilidad de los pavimentos de madera con estos sistemas y, sin embargo, no se prescribe lo suficiente con argumentos simplistas como que la madera es de por sí un aislante, por lo que no conduciría bien el calor o el frío, sin profundizar más en otras ventajas como la baja efusividad térmica que favorece el confort al contacto, la baja demanda energética, etc., que indican que el suelo de madera puede ser mejor en prestaciones que un cerámico, por ejemplo.
Por parte de los consumidores, la idea más extendida es que el parquet, aunque muy bonito, natural, sostenible, etc., es más costoso y también más delicado. Llegados a este punto, la variable medioambiental y saludable deja paso a soluciones que, sin ser en absoluto rechazables, son más económicas, fáciles de colocar y mantener. También aquí se perciben varios hándicaps importantes con los que convive el sector del pavimento de madera: a la confusión de productos (lo que es madera, lo que es sintético, laminados…) y que entendemos que comercialmente se debe trabajar, se suma la falta de mano de obra profesional que no está ayudando a que la madera se ponga en valor, por lo que el intrusismo profesional deriva la instalación de pavimentos hacia materiales que la imitan, pero que no son madera.
En un reciente informe de tendencias que FEPM ha llevado a cabo en colaboración con el Instituto Tecnológico Aidimme, se ha hecho un análisis DAFO que nos marca lo siguiente.
Como oportunidad e íntimamente ligado a la construcción industrializada en madera, podemos señalar, además de las que ya hemos mencionado anteriormente, las características que mejor relacionan al pavimento de madera con la circularidad de la economía.
A diferencia de otros productos, el parquet, al ser modular, permite subsanar cualquier defecto del suelo debido a su uso, sin tener que sustituir el suelo al completo. Esto reduce el coste de tener un producto en perfecto estado, así como los residuos que se derivarían de la modificación completa de la superficie.
Reparando un producto se alarga su vida útil, aprovechando así los materiales y los procesos por los que ha pasado. Esto se puede facilitar con prácticas como utilizar componentes estándar y diseñar uniones fáciles de montar y desmontar.
Un material sostenible puede ser compostable, biodegradable o reciclable. También hay que prestar atención al origen del material, priorizando prácticas que respeten a los trabajadores y su entorno, así como materiales que sean reciclados o que provengan de cultivos regenerativos.
Los residuos generados durante los procesos de producción e instalación del parquet son reutilizables y/o reciclables.
El origen del material puede ser reciclado: pavimento de madera recuperada (vigas de antiguas casas o traviesas de ferrocarril o zonas portuarias).
Existen materiales cuyos residuos pueden suponer un peligro para el medio ambiente y para la salud humana si no son tratados adecuadamente.
Cada metro cúbico de madera usado como sustituto de otros materiales de construcción reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera en una media de 1,1 toneladas de CO2.
El suelo de madera es de un solo material, lo que permite agilizar los procesos de clasificación para su reciclaje una vez finalizada su vida útil.
Esta práctica alarga la vida de una misma fuente, reduciendo así la extracción de materias primas. El de madera es por ahora el único pavimento en la construcción que se puede reutilizar y que se puede reciclar en su práctica totalidad.
Por último, no puedo dejar de mencionar que tanto los fabricantes de los pavimentos de madera como los de productos afines para su colocación y protección están en constante innovación, creando productos más adaptables, que mejoran la resistencia de estos suelos a la humedad, al rayado, al impacto, a la abrasión, etc., alcanzando los más altos estándares de confort, resistencia y sostenibilidad, haciéndolos más únicos si cabe.
Este artículo aparece publicado en el nº 603 de CIC, págs. 52 a 54.
David de Ugarte, presidente de la Fundación Repoblación, advirtió del riesgo de diseñar para arquetipos mediáticos, como el que asocia el coliving con jóvenes urbanos, e instó a pensar en soluciones para perfiles reales y diversos.
En cuanto a la afiliación en el sector, esta experimenta un crecimiento del 2,6%, alcanzando en mayo la cifra de 1.453.998 personas afiliadas, según datos aportados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
La asociación remarca que el PVC rígido no contiene algunos aditivos como plastificantes, incluidos los ftalatos, en su composición.
“En general, la evolución del consumo de cemento está siendo la más positiva de los últimos cinco años analizados, una tendencia que esperamos se mantenga en el segundo semestre del año”, indica el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.
Los usuarios reciben informes detallados en solo 48 horas, ahorrando tiempo y costes asociados a desplazamientos, lo que les permitirá estudiar más proyectos así como reducir los riesgos de trabajo en altura.
La empresa abarca desde la sensorización predictiva y el autodiagnóstico de anomalías, hasta la integración con herramientas BIM o Presto para el diseño y control económico de proyectos.
El impulso a la rehabilitación energética avanza, pero sigue sin alcanzar a quienes más lo necesitan. La oportunidad de transformar el parque edificado en clave social y ambiental exige una planificación precisa, visión a largo plazo y una acción coordinada desde lo local.
En cuanto a la actividad de rehabilitación residencial, se puede apreciar un ritmo de crecimiento anual del 27,3%, lo que constituye el mayor dato de un primer trimestre de toda la serie histórica (desde 1991).
Además, la planta de reciclaje de la empresa en Diskmuide (Bélgica) está certificada bajo la Certificación del Proceso de Reciclaje RecyClass.
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