La construcción europea se encuentra en un punto de inflexión crítico, donde la gestión de residuos de construcción y demolición (RCD) se presenta como uno de los desafíos más formidables y urgentes. La transición hacia un modelo de economía circular no es simplemente una opción, sino una necesidad imperiosa para la sostenibilidad del sector.
De acuerdo con la Comisión Europea, los RCD representan aproximadamente el 30% del total de residuos generados en la Unión Europea, alcanzando niveles superiores a 400 millones de toneladas anuales. Este volumen masivo de residuos no solo ejerce una presión inmensa sobre el medio ambiente, sino que también simboliza una pérdida significativa de recursos valiosos que podrían ser reutilizados o reciclados. La adopción de estrategias más eficientes y sostenibles en la gestión de estos residuos es crucial para mitigar su impacto ambiental y optimizar el aprovechamiento de los recursos disponibles.
El Clúster de la Edificación ha promocionado la economía circular dentro del sector de la construcción. El grupo de trabajo ‘Gestión de Residuos y Economía Circular’ —compuesto por empresas como Rockwool, Cocircular, Saint-Gobain, Knauf, Uponor, Mace, Grupo Arpada, ACR, 011h, Hercesa, el Instituto Tecnológico de la Cerámica y la Universidad Politécnica de Madrid— ha liderado iniciativas innovadoras para abordar este problema.
En el último entregable desarrollado por el grupo de trabajo, se han recopilado y analizado datos de 129 proyectos residenciales, que abarcan más de dos millones de metros cuadrados de construcción y representan aproximadamente 11.000 viviendas. Estos estudios han proporcionado una visión precisa de la generación de residuos en el sector residencial, revelando la necesidad urgente de estrategias más eficaces en toda la cadena de valor.
La Unión Europea ha implementado una serie de hitos legislativos destinados a transformar el sector de la construcción hacia la sostenibilidad y la economía circular. Entre las iniciativas más destacadas se encuentra el Plan de Acción para la Economía Circular (2020), que establece medidas para garantizar la sostenibilidad de los productos, fortalecer la circularidad en los procesos industriales y fomentar la reciclabilidad y reutilización de materiales.
Otro marco regulatorio crucial es la actualización del Reglamento de Productos de Construcción (2022), que introduce pasaportes digitales para productos y mejora la vigilancia del mercado. Este reglamento se alinea con el Pacto Verde Europeo, abordando los impactos ambientales significativos de los edificios y estableciendo estándares más estrictos cuando los métodos tradicionales no son suficientes.
La Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) también juega un papel fundamental en este contexto. La EPBD revisada impulsa la eficiencia energética y sostenibilidad de los edificios, estableciendo objetivos para que todos los edificios nuevos sean de consumo de energía casi nulo (nZEB). Además, fomenta la renovación de los edificios existentes para mejorar su eficiencia energética, promueve la integración de energías renovables y tecnologías inteligentes e incentiva la reutilización de materiales y la reducción de residuos a lo largo del ciclo de vida de los edificios.
A nivel nacional, la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, junto con la nueva Ley de Envases, introduce obligaciones estrictas y metas ambiciosas para la reducción y valorización de residuos. Estas normativas promueven la reutilización y el reciclaje, incentivando a las empresas a implementar sistemas de recogida selectiva y reciclaje.
La industrialización y prefabricación de componentes en el diseño y construcción de edificios está alineada con un concepto revolucionario como el Diseño para el Desmontaje (DfD). Este enfoque contempla los edificios no como estructuras estáticas, sino como “minas de materiales” reutilizables. Diseñar el edificio pensando en su desmontaje permite que, al final de su vida útil, los edificios diseñados bajo este concepto puedan ser desmantelados eficientemente, recuperando materiales valiosos y dándoles una segunda vida.
La industrialización del sector de la construcción emerge, por tanto, como una solución prometedora para enfrentar los desafíos de sostenibilidad. Según un informe del World Economic Forum, la construcción modular puede reducir los residuos en un 70% en comparación con los métodos tradicionales. Esta técnica optimiza el uso de materiales y reduce significativamente los tiempos de construcción.
Otro informe del Waste & Resources Action Program (WRAP) destaca que la construcción modular puede disminuir los residuos de materiales hasta en un 90% en comparación con los métodos tradicionales. Estos datos subrayan la importancia de adoptar métodos industrializados para impulsar la sostenibilidad en la construcción.
El campo de la sostenibilidad ha evolucionado significativamente, destacando la importancia de la economía circular para mitigar el impacto ambiental. El Club de Roma, una organización internacional compuesta por científicos, economistas, empresarios y antiguos políticos, ha enfatizado repetidamente la necesidad de adoptar un enfoque circular en la economía global. En su informe ‘The Limits to Growth’ y otros estudios posteriores, subraya que los modelos económicos tradicionales basados en el consumo lineal de recursos son insostenibles y que la transición hacia una economía circular es crucial para la sostenibilidad a largo plazo.
El compromiso de los fabricantes de materiales de construcción es esencial para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y circularidad. Cada vez más, los fabricantes están implementando sistemas de retorno para reciclar sus residuos, asegurando que los materiales usados puedan ser recuperados y reutilizados. Este enfoque no solo reduce significativamente la cantidad de residuos enviados a los vertederos, sino que también permite la creación de un ciclo cerrado de materiales.
Además, muchos fabricantes están explorando la posibilidad de fabricar nuevos materiales de construcción que incorporen una porción mínima de residuos embebidos. Esta práctica innovadora no solo reduce la demanda de materias primas vírgenes, sino que también incrementa la sostenibilidad de los productos finales. La integración de residuos reciclados en nuevos materiales de construcción es un paso crucial hacia la economía circular y representa un avance significativo en la reducción del impacto ambiental del sector.
El papel de la arquitectura es crucial en la transición hacia una economía circular y en la implementación de prácticas sostenibles en el sector de la construcción. La arquitectura, como disciplina, tiene la responsabilidad de integrar criterios de circularidad y análisis del ciclo de vida (LCA) en sus proyectos. Esto incluye la selección de materiales sostenibles, el diseño para la reutilización y el reciclaje, y la planificación de edificios que puedan ser desmontados al final de su vida útil. Al adoptar un enfoque holístico y sostenible, la arquitectura puede reducir significativamente el impacto ambiental de los edificios y contribuir a la creación de un entorno construido más eficiente y resiliente.
El grupo de trabajo ‘Gestión de Residuos y Economía Circular’ del Clúster de la Edificación está desarrollando un nuevo entregable enfocado en medir el impacto positivo que tiene la industrialización del sector en la circularidad y la gestión de residuos. Este entregable tiene como objetivo proporcionar datos exhaustivos y análisis que demuestren cómo las prácticas industrializadas pueden contribuir significativamente a alcanzar las metas establecidas por la Unión Europea en términos de reducción de residuos y mejora de la sostenibilidad. Esta iniciativa no solo busca cuantificar los beneficios actuales, sino también trazar una hoja de ruta para futuras mejoras en la gestión de residuos y la economía circular en el sector de la construcción.
La industrialización del sector de la construcción no es solo una moda pasajera, sino una necesidad para abordar la crisis de residuos de manera efectiva. Con la adopción de métodos innovadores, conceptos de diseño avanzados y el respaldo de marcos regulatorios sólidos, el sector de la construcción puede liderar la transición hacia una economía circular y sostenible. Las empresas del Clúster de la Edificación están a la vanguardia de esta transformación, demostrando que es posible construir un futuro más limpio y eficiente.
Este artículo aparece publicado en el nº 600 de CIC, págs. 24 a 26.
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