La integración completa de la inteligencia artificial en el sector del ciclo urbano del agua emerge como un catalizador para redefinir la eficiencia, la rentabilidad y la sostenibilidad. Es precisamente en la gestión más sostenible y eficiente de los recursos hídricos donde la inteligencia artificial ya está marcando la diferencia para un 67% de las empresas, que afirman que ya la están utilizando para reducir fugas y optimizar infraestructuras. Así lo refleja el último informe Ascendant de Minsait (Indra Group) que, bajo el título ‘IA: radiografía de una revolución en marcha, analiza su grado de adopción en compañías privadas e instituciones públicas’.
La integración de la IA es fundamental en el mercado por el abanico de oportunidades que abre, tanto en herramientas para diseñar y simular sistemas complejos como para optimizar procesos y generar soluciones. De hecho, el 83% destaca que la eficiencia es su principal motivación a la hora de utilizar la IA en sus operaciones. En este sentido, la totalidad de las empresas entrevistadas en el informe afirma que está centrando sus esfuerzos en desarrollar casos de uso específicos. Ejemplo de ello es el creciente interés en desarrollar productos y servicios como la optimización de la distribución de agua, la gestión de inundaciones o la mejora de la calidad del agua.
El estudio también revela que mejorar las operaciones del cliente mediante chatbots y el análisis del sentimiento es otra de las áreas donde dos de cada tres empresas están aplicando la IA. Además, la mitad de ellas mencionan el soporte para la toma de decisiones basadas en datos como otra de las razones para la implantación de esta herramienta. El sector del agua lleva años implantando casos de uso y soluciones como el big data, el machine learning (aprendizaje automático) y otras variantes de la inteligencia artificial, pero la toma de decisiones sigue siendo responsabilidad del ser humano en la totalidad de las organizaciones.
En esta línea, Minsait (Indra Group) anticipa que el futuro estará marcado por el desarrollo de nuevas aplicaciones de IA para favorecer la toma de decisiones, como, por ejemplo, la detección temprana de contaminantes, la gestión de riesgos relacionados con el cambio climático o la mejora de la eficiencia energética en plantas de tratamiento de agua. Con el despliegue masivo de contadores y sensores y la integración de sistemas, que vienen de la mano de los PERTE a la digitalización del sector, se espera un crecimiento de estas soluciones tanto para ayudar a la toma de decisiones como para reducir costes.
El sector del agua enfrenta todavía barreras importantes para consolidar la transformación digital. La falta de talento especializado sigue siendo una de las principales dificultades, mencionada por el 83% de las empresas, mientras que el 67% señala la necesidad de una visión más clara sobre la estrategia de adopción de la IA. Sin embargo, la expectativa de crecimiento en los próximos años es elevada, con un ecosistema en expansión que está generando nuevas oportunidades de innovación y colaboración entre empresas tecnológicas, organismos reguladores e instituciones del sector.
Otra barrera acusada por las empresas del sector es la incertidumbre normativa, mencionada por el 17% de ellas. La entrada en vigor de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE ha reducido en parte esta percepción, si bien las compañías todavía se enfrentan al reto de trasladar sus principios a la práctica en la operación de IA aplicada a su actividad. Según se desprende del estudio de Minsait, el uso de IA en infraestructuras de suministros básicos implica ciertas obligaciones específicas, pero resulta imprescindible para una gestión del agua basada en una IA eficiente y segura que garantice la responsabilidad medioambiental.
La capacidad de la inteligencia artificial para optimizar el consumo de energía en plantas de tratamiento, minimizar pérdidas de agua y mejorar la predicción de eventos climáticos extremos es clave para garantizar la disponibilidad del recurso a largo plazo.
Juan Pérez de Cossío, director global de Mercado de Energía y Utilities en Minsait, explica que el uso de modelos predictivos y sensores inteligentes “está permitiendo una reducción significativa del agua no registrada, facilitando un control más preciso del suministro y reduciendo el estrés hídrico en zonas de alta demanda. Este avance refuerza el compromiso del sector con la sostenibilidad, alineándose con los objetivos globales de eficiencia y resiliencia climática”.
De hecho, añade Pérez de Cossío, “una de las tendencias más destacadas en el sector del agua es la transición hacia una economía circular, promoviendo la reutilización y el reaprovechamiento de recursos hídricos y subproductos derivados, con proyectos innovadores como la reutilización de aguas grises y la recuperación de nutrientes de aguas residuales, que ganan terreno como soluciones sostenibles y rentables”.
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