El vicepresidente de Desarrollo Económico del gobierno de Navarra, Manu Ayerdi, ha presentado el borrador del Plan Energético Navarra Horizonte 2030, que plantea reducir de forma “muy importante” el consumo de energías fósiles en los próximos años. Para ello, se ha fijado como objetivo al término de la estrategia que la mitad de la energía consumida en Navarra sea de origen renovable, frente al 21% actual.
Pese al avance en esta materia, el 79% de la energía consumida procede del exterior, en su mayor parte combustibles fósiles (41% de petróleo y cerca de un 30% de gas), lo que supone un gasto de casi cuatro millones de euros diarios. Al perjuicio económico para la Comunidad Foral, se suman las altas emisiones de CO2 que provocan el cambio climático.
Junto con el incremento de la generación de origen renovable, que aspira a situarse en el 100% en 2050, otra estrategia destacada para reducir los combustibles fósiles es la disminución del consumo en el sector del transporte, que representa el 40% del gasto total en energía. En este sector se avanzará hacia una mayor penetración de los vehículos de “cero emisiones” o vehículo eléctrico (VE), de manera que en 2030 se pueda cubrir el 15% de las necesidades del transporte con energías renovables. También se promoverá la reducción de la dependencia respecto al automóvil y el incremento de medios de transporte alternativos al particular (caminar, pedalear, transporte colectivo).
En materia de movilidad y transporte, el Plan detalla una veintena de medidas, como deducciones fiscales de hasta el 30% para incentivar la adquisición de coches particulares eléctricos, motos o taxis (ayudas Movele/Moveo); la instalación de una red de puntos de recarga de acceso público con criterios geográficos (10 puntos de alta potencia en el área de Pamplona y 10 en el resto de Navarra); incentivos a los transportes laborales (de trabajadores y trabajadoras a centros de trabajo, por ejemplo); reducción del impuesto de circulación y del peaje de Audenasa para VE.
En materia de reducción del consumo, el Plan incidirá en el otro sector que más energía consume, también con un 40% del total en Europa: los edificios. Se plantean medidas como ayudas a la rehabilitación energética, impulso de los edificios emisiones cero, control del gasto en alumbrado, impulso de los servicios energéticos, ayudas y deducciones para proyectos autosuficientes, etc.
En total, se quiere reducir el consumo de energía primaria en un 30% en 2020 en relación con las cifras proyectadas en su momento por la Unión Europea para ese año.
Participación e información pública
El plan se someterá del 1 al 31 de agosto a información pública y del 1 de septiembre al 30 de noviembre, a participación ciudadana. En la elaboración de este Plan han participado diferentes grupos de interés: Administración, empresas, entidades locales, asociaciones, Universidad Pública de Navarra, centros de investigación y tecnológicos, especialistas, asesores y asesoras y ciudadanía.
El vicepresidente Ayerdi ha recalcado que la energía constituye un reto para cualquier territorio, empresa y para las personas, por su impacto económico y ambiental, “que nos toca a todos y también a las generaciones futuras”. Y ha recordado que para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global a menos de 2 ºC en 2050, “es necesario lograr avances mensurables a corto plazo y definir compromisos a 2030” también en Navarra.
El Plan de Navarra para 2030, alineándose con la estrategia europea, plantea cuatro objetivos:
-Actuar contra el cambio climático disminuyendo las emisiones de CO2 (GEI) respecto de 1990 en un 20% para el año 2020 y en 40% para 2030.
-Avanzar hacia un mix energético que incorpore una reducción muy significativa de la energía proveniente de combustibles fósiles.
-Garantizar la seguridad de suministro y reducir pobreza energética.
-Ser líder en innovación en energía renovable.
El Plan se estructura en de 10 capítulos. El primero aborda el modelo energético y ambiental y los siguientes estudian diferentes aspectos: generación energética, eólica, biomasa, infraestructuras, consumo y ahorro (eficiencia energética), movilidad y transporte e I+D+i. Los dos últimos están centrados en la comunicación y participación pública, formación y sensibilización; y en la monitorización del Plan (evaluación y seguimiento). Cada capítulo se estructura de la misma manera: análisis de la situación actual, objetivos e indicadores y planificación de programas y actuaciones.
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