Carmen Fernández Hernández, arquitecto técnico. Área de Accesibilidad Universal e Innovación, Fundación Once
Disfrutar de una vivienda sin obstáculos es la ilusión de muchas personas con discapacidad y la domótica es la herramienta para hacerlo posible, sin olvidarnos de la brecha digital que se puede producir. La vivienda domótica accesible debe estar pensada para todas las personas, de fácil uso, intuitiva, flexible, de fácil manejo con tolerancia al error, asequible y que no se requieran grandes habilidades para comprenderla y manejarla.
El origen de la domótica se remota a los años setenta, cuando aparecieron los primeros dispositivos de automatización. A finales de los 80 y principios de los 90, se empezaron a incorporar en los edificios estos SCE (Sistema de Cableado Estructurado) para facilitar la conexión de todo tipo de terminales y periféricos entre sí, utilizando cables y tomas repartidas por todo el edificio, éstos se llamaron edificios inteligentes. Posteriormente, los automatismos destinados a edificios de oficinas -y otros más- se empezaron a aplicar a las viviendas de particulares dando origen a la vivienda domótica.
La domótica para las personas con discapacidad, más que un lujo, es una herramienta de ayuda, e incluso una necesidad para poder desarrollar y desenvolverse en las actividades diarias de una forma autónoma e independiente
La vivienda domótica es, por tanto, aquella que integra automatismos relacionados con electricidad, electrónica, robótica, informática y telecomunicaciones, con el objetivo de asegurar al usuario un aumento del confort, de la seguridad, del ahorro energético, de las facilidades de comunicación, de las posibilidades de entretenimiento y, podemos añadir, aumentando el nivel de accesibilidad. La domótica persigue integrar todos los aparatos y dispositivos del hogar, para que funcionen de manera ordenada y con la mínima intervención por parte del usuario, pudiéndose manipular tanto desde el interior como desde el exterior del hogar.
Todas las instalaciones que se pueden llevar a cabo en una vivienda domótica, como por ejemplo activar la luz, subir y bajar las persianas, instalar un videoportero que identifique las caras y te diga quién llama, a través del móvil, disponer una mirilla digital que informe en el ordenador o en el móvil quién toca al timbre, contar con una cerradura digital que no necesite llaves para entrar o se pueda activar por el móvil o que se abra a tu paso porque te ha identificado, ubicar detectores de presencia, detectores de emergencia (humo, agua, gas), alarmas vía streaming que se activen, avisen a los bomberos o se cierren las llaves de paso o se puedan conectar sistemas de entretenimiento a través de varias plataformas, aportan a los usuarios de la vivienda infinidad de beneficios relacionados con:
-El confort. Maximiza los momentos de calidad estando en casa, se adapta a las necesidades cambiantes de los usuarios y mejora las condiciones de vida.
-La salud. Garantiza buenas condiciones ambientales y el tiempo de descanso, protege de situaciones de peligro y alerta de situaciones anómalas.
-El ahorro. Se consigue un mayor ahorro energético, de tiempo, de dinero y de preocupación, por no saber lo que pasa en casa cuando estás fuera de ella.
-La conectividad. Hay una comunicación continua con la vivienda y sus habitantes, conocimiento de lo que pasa en todo momento, tranquilidad porque se puede actuar con rapidez y control remoto desde cualquier lugar.
-La privacidad. Protección frente a las inclemencias del tiempo, asegura la intimidad con respecto a personas ajenas al hogar y asegura el acceso seguro a la vivienda.
-La estética. Menos mecanismos en las paredes, máxima funcionalidad en menor espacio y máximo aprovechamiento de la iluminación para crear diferentes ambientes para experimentar sensaciones.
-La sostenibilidad. Mejor consumo de los recursos energéticos y naturales, menor contaminación ambiental, cambios en los hábitos medioambientales, visibilización de los consumos para concienciar a los usuarios de sus acciones en el hogar.
-La accesibilidad. Ofrece la capacidad de gestionar la vivienda de manera autónoma, reduce el grado de dependencia ya que con un solo interfaz (mando, ordenador, tablet, teléfono, etc.) se pueden controlar todos los dispositivos de la casa (luces, temperatura, música, ventanas…. incluso una grúa de transporte), mejora del estado de ánimo, aumenta la autoestima y el empoderamiento, ya que se puede tener un dominio de todos los elementos desde el control remoto hasta el reconocimiento de órdenes por voz, soplidos, pestañeo incluso con el movimiento del iris, acentuación de la confianza pues se pueden mandar avisos y/o alarmas en caso de necesidad o emergencia, se fomenta la comunicación con el exterior (amigos, compañeros de trabajo, etc.), se facilita la intercomunicación con familiares, asistentes y con los servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia y se ahorran costes en la contratación de servicios asistenciales.
-El futuro. Adaptable y ampliable según cambien las necesidades de los habitantes y las circunstancias de la sociedad, como el momento actual que vivimos, preparada para el teletrabajo y las compras on line, compatible con el IoT y los wearables, dispuesta para el eHealth y los cuidados médicos a distancia y prevenido para posibles crisis energéticas, sanitarias, de seguridad, etc., así como a posibles cambios legislativos.
La domótica para las personas con discapacidad, más que un lujo, es una herramienta de ayuda, e incluso una necesidad para poder desarrollar y desenvolverse en las actividades diarias de una forma autónoma e independiente. Las tecnologías ofrecen respuestas y soluciones reales y efectivas y contribuyen al proceso de integración social, educativo y laboral. Disfrutar de una vivienda sin obstáculos es la ilusión de muchas personas con discapacidad y la domótica es la herramienta para hacerlo posible, sin olvidarnos de la brecha digital que se puede producir; por eso también es necesario incluir la accesibilidad en todo su conjunto en el diseño de los dispositivos, el coste de los mismos, la facilidad de interacción, manipulación y de comprensión. La vivienda domótica accesible debe estar pensada para todas las personas, de fácil uso, intuitiva, flexible, de fácil manejo con tolerancia al error, asequible y que no se requieran grandes habilidades para comprenderla y manejarla.
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