Fundación ONCE y la consultora IdenCity han diseñado una metodología con la que valorar el nivel de accesibilidad de las ciudades españolas. Para ello, han analizado cinco ciudades -Zaragoza, Madrid, Barcelona, Ávila y Málaga- que, por tamaño y características demográficas, sirven como modelo para el resto de los municipios españoles.
La metodología, denominada Índice de Accesibilidad e Inclusión, mide el desempeño de las ciudades a partir de 93 indicadores estructurados en seis dimensiones: movilidad, empleo, recreación, gobierno, servicios de bienestar básico y hostelería y comercio. Su objetivo es evaluar la accesibilidad y monitorizar los avances en la inclusión de los colectivos de personas con discapacidad en la vida urbana. Así, se analiza la accesibilidad y la usabilidad de los entornos construidos, los entornos digitales y los procesos o servicios en todas las esferas de la vida en la ciudad.
A la vista de las puntuaciones obtenidas, las ciudades estudiadas presentan un rendimiento aceptable con un resultado medio del 60,55%, lo que indica la existencia de amplias oportunidades de mejora. Según señalan los autores del índice, no se evidencian grandes diferencias en los resultados obtenidos por las ciudades, con un cumplimiento que oscila entre el 54,67% y el 66,21%.
Madrid se sitúa como la ciudad con mejor rendimiento, seguida de Zaragoza, Málaga, Barcelona y Ávila.
Cada ciudad estudiada tiene unos puntos fuertes y débiles característicos, así como unos ámbitos específicos de la vida urbana donde presenta más oportunidades de mejora. Respecto a la movilidad, Málaga obtiene los mejores resultados (69,7%) y Ávila aparece como la ciudad con más margen de mejora (40,8%), siendo la media del 57,5%.
En las categorías Parking y uso de vehículos privados y Desplazamientos e infraestructuras peatonales también se aprecian grandes divergencias y son además las categorías con peor puntuación (media de 56,1% y 57,3%, respectivamente). El desempeño medio en la categoría Transporte público es ligeramente superior (60,4%) y más homogéneo entre las ciudades.
En la dimensión Empleo se evalúa la inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral, así como sus condiciones de trabajo. Es la dimensión que obtiene el peor puntaje medio del Índice, 51,2%, poniendo de manifiesto los problemas que tienen las personas con discapacidad en el ámbito laboral. Solo Madrid y Ávila obtienen cumplimientos ligeramente por encima del 50%.
Los mayores retos en este ámbito se encuentran en la categoría Calidad del empleo, que tiene los resultados medios más bajos de todo el Índice (38,4%). La categoría Inserción laboral presenta unos resultados más positivos (64,5%), aunque el desempeño es bastante dispar entre las ciudades evaluadas, siendo el valor mínimo en la categoría el de Ávila con un 47,5% y el máximo el de Zaragoza con un 80,8%.
Por su parte, la dimensión de Recreación analiza el grado de accesibilidad de las actividades y espacios relacionados con el disfrute del tiempo libre. Las ciudades evaluadas presentan resultados entre medios y medios-bajos (promedio de 61,3%). Todas ellas obtienen cumplimientos por encima del 50% y destaca Madrid con una puntuación de 74%. Con carácter general, en este ámbito los resultados evidencian que las ciudades siguen presentando desafíos que impiden la participación de las personas con discapacidad en las actividades de tiempo libre.
Asimismo, en la dimensión de Gobierno los resultados son significativamente desiguales. Además, el puntaje medio es el segundo más bajo de todo el índice (52,4%), poniendo en evidencia que los gobiernos locales aún tienen un gran margen de mejora en la definición y aplicación de políticas para garantizar los derechos de las personas con discapacidad. Las dos categorías que forman parte de esta dimensión, Gestión pública y Gobierno abierto y accesible, presentan resultados poco satisfactorios (media de 55,3% y 49,56%), siendo la segunda categoría con mayores diferencias entre ciudades.
La dimensión que analiza aquellos Servicios que cubren las necesidades esenciales de las personas obtiene los mejores resultados medios de entre todas las dimensiones del índice (puntaje medio de 70%). Los valores de cumplimiento de todas las ciudades son bastante homogéneos y se encuentran en un tramo medio/medio-alto: no hay ninguna ciudad por encima del 75%, pero tampoco ninguna por debajo del 65%.
Aun así, como pone de manifiesto el desempeño de las categorías de Vivienda, Educación y Seguridad y justicia (puntaje medio de 69,3%, 63% y 60,9% respectivamente), las ciudades todavía tienen camino por recorrer hasta garantizar la accesibilidad e inclusión en la prestación de servicios de bienestar básico. La categoría Salud es la mejor puntuada de entre todas las del Índice (puntaje medio de 88,4%).
Por último, en Hostelería y comercio las ciudades analizadas presentan resultados entre medios y medios-altos para el conjunto de esta dimensión. Todas las ciudades obtienen cumplimientos por encima del 50%, destacando Zaragoza y Málaga, con puntuaciones de 74,8% y 73,2% respectivamente. El puntaje medio de las ciudades para esta dimensión es de 62,5% y se encuentra cerca de los resultados globales medios.
Las dos categorías que forman la última dimensión, Comercio y Hostelería y turismo, presentan características similares, aunque en la primera existe mayor dispersión respecto a la media. El cumplimiento medio de las ciudades por categoría es de 61,9% y 63,1% respectivamente, lo cual pone en evidencia que tanto el comercio como el turismo urbano aún presentan retos que resolver en materia de accesibilidad e inclusión.
En cuanto a las conclusiones, el informe destaca, en primer lugar, la falta de actualización y detalle para múltiples datos fundamentales sobre la situación de las personas con discapacidad: “No se tienen datos certeros y actualizados sobre fenómenos esenciales tales como el número de personas con discapacidad que residen en los diferentes territorios o el tipo de discapacidad que presentan. De la misma forma, se encuentra que, de manera estructural, las bases de datos oficiales ofrecen estadísticas para la población general pero no disponen de desagregación para la población con discapacidad”, lamentan los autores.
Asimismo, a lo largo del desarrollo del índice, especialmente en la evaluación de la accesibilidad web y de la accesibilidad física de las ciudades, se aprecian con frecuencia incumplimientos normativos que en ocasiones redundan en graves dificultades para los colectivos con discapacidad.
A pesar de todo, recalcan que se trata de un estudio pionero en España que sirve como una primera base sobre la que construir. Su objetivo es ampliar la medición a más ciudades e ir mejorándolo con la incorporación de nuevos datos.
Fundación ONCE pondrá a disposición de las administraciones locales la posibilidad de reaplicar esta metodología, con el fin de promover mayores niveles de accesibilidad en las ciudades de España que garanticen el principio de “no dejar a nadie atrás”.
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