Efidistrict: mucho más que un proyecto de regeneración urbana

Efidistrict no puede calificarse únicamente como un proyecto de rehabilitación de vivienda. Es mucho más que eso. Representa una experiencia de regeneración urbana de un barrio, además de una herramienta de cohesión social, dado que la pieza clave que ha garantizado el éxito de todo el proceso ha sido la dinamización e involucración de los propios vecinos del barrio de la Chantrea(Pamplona-Iruña) que, asesorados por los técnicos de Nasuvinsa (Navarra de Suelo y Vivienda), han sido el auténtico motor que ha impulsado este proyecto de regeneración urbana.

El objetivo de Efidistrict consiste en llevar a cabo un proceso de rehabilitación energética integral sobre el que poder apoyar luego una estrategia regional para impulsar dinámicas de revitalización y transformación en otros barrios de la vieja Iruña o de otros municipios de Navarra. A partir de este planteamiento global, este proyecto de revitalización supondrá actuaciones en torno a tres ejes: eficiencia energética y rehabilitación en los edificios; eficiencia energética y ahorro en las instalaciones comunitarias de calor; e incorporación de energías renovables locales en la producción térmica.

La inversión total que movilizarán las propias comunidades de vecinos en la rehabilitación de sus edificios superará los 13 millones de euros, financiados en cuotas que no superan los 70 euros mensuales por vivienda

El inicio de este proyecto ha desencadenado un proceso de participación ciudadana en la Chantrea. Los profesionales de rehabilitación de Nasuvinsa, que han mantenido abierta en el barrio una oficina de asesoramiento, han celebrado más de 250 reuniones con los vecinos afectados, a quienes han acompañado tanto en la elaboración de los proyectos arquitectónicos y energéticos como en el trámite de las subvenciones del gobierno de Navarra o la negociación de la financiación de las obras a las comunidades de propietarios por medio de un acuerdo con Caja Rural de Navarra.

La inversión total que movilizarán las propias comunidades de vecinos en la rehabilitación de sus edificios superará los 13 millones de euros, financiados en cuotas que no superan los 70 euros mensuales por vivienda a través de un acuerdo que Nasuvinsa logró con Caja Rural, a los que se sumarán 3,5 millones en subvenciones del Departamento de Desarrollo Económico del gobierno de Navarra y otro medio millón que aporta el programa Intelligent Energy de la UE.

La elección de la Chantrea, donde se está llevando a cabo Efidistrict, no es casual: se trata del barrio de vivienda social más antiguo de Pamplona-Iruña, con una marcada identidad popular que encierra un especial simbolismo en esta ciudad. El distrito cuenta con 19.853 habitantes en 2,91 km2 de extensión y más del 70% de sus viviendas fueron construidas antes de 1980, por lo que son construcciones caracterizadas por sus grandes pérdidas de energía. El consumo de energía térmica de estas viviendas oscila entre 90 kWh/m2 y 180 kWh/m2, muy por encima de las exigencias actuales de demanda energética, según el código técnico vigente CTE DB-HE (2013).

Por otro lado, existen numerosos edificios públicos que concentran igualmente un alto consumo energético y, además, se da la circunstancia añadida de que el barrio cuenta con nueve redes de calor o calefacciones de distrito, construidas a comienzos de los 70, que “además de ser el sistema de calefacción más eficiente desde el punto de vista energético, son un auténtico patrimonio social del barrio digno de proteger”, explican desde Nasuvinsa.

Comienzo de las obras

Una vez concluidos los proyectos técnicos, en el mes de julio dieron oficialmente comienzo las obras de ejecución de esta iniciativa que, a partir de las obras en 24 edificios de vivienda social de Orvina, comenzará a transformar el barrio de la Chantrea. La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, acompañada del vicepresidente de Derechos Sociales y titular de Vivienda, Miguel Laparra, asistió al acto de inicio de las obras, donde abogó por extender este innovador modelo de regeneración energética a otros distritos de la comarca de Pamplona y otros municipios de la Comunidad Foral. El concejal de Urbanismo, Joxe Abaurrea, también presente en el acto, mostró la abierta disposición del Ayuntamiento de Pamplona a sumarse a este compromiso.

La elección de la Chantrea, donde se está llevando a cabo Efidistrict, no es casual: se trata del barrio de vivienda social más antiguo de Pamplona-Iruña, con una marcada identidad popular que encierra un especial simbolismo en esta ciudad

Con el inicio de estas obras, el proyecto se plantea, en términos cuantitativos, la reducción de 3.993 toneladas de CO2 emitidas, así como un ahorro en el consumo de energía de 6.295 Mwh año a través de acciones orientadas a mejorar la eficiencia energética y la sustitución de energías fósiles por renovables. Según han explicado a esta revista fuentes de Nasuvinsa, “hasta el momento se ha mejorado la eficiencia energética de las tres principales redes de calor en el barrio, con más de 40 años de antigüedad, que dan servicio de calefacción a 2.844 viviendas; y para la primavera de 2018 se habrá llevado a cabo la rehabilitación energética de 590 viviendas con altos estándares de eficiencia energética y ahorros de consumo de energía térmica en torno al 70%”. En concreto, las intervenciones en el barrio giran en torno a tres líneas de actuación: una nueva red de calor con biomasa; renovación de los circuitos de calefacción existentes; y la rehabilitación energética de edificios.

Nueva red de calor con biomasa

Con la creación de una nueva red de calor a escala de barrio se pretende sustituir la utilización actual de combustibles fósiles en el sistema de calefacción por una fuente de energía renovable de origen local como es la biomasa forestal, que en Navarra tiene un gran potencial. La nueva planta de producción de calor se situará en una parcela propiedad del gobierno de Navarra que cuenta con una privilegiada localización, ya que tendrá conexión directa con la ronda Norte de Pamplona, de forma que el suministro de biomasa no implicará un aumento de tráfico rodado en las zonas residenciales.

La conexión de las antiguas calefacciones de barrio con esta nueva red de calor será voluntaria, de modo que las cooperativas de calor podrán decidir si continúan produciendo agua caliente en sus propias salas de calderas, con fuentes de energía fósiles (gas natural), o si se conectan a la nueva red de calor para adquirir energía térmica producida con una fuente renovable. La instalación, con una red de 5,6 km, se implementará en dos fases hasta cubrir la demanda de todos los grupos de calor existentes en el barrio y prevé ofrecer servicio a más de 4.000 viviendas y una decena de edificios públicos. También se plantea la posibilidad de extenderlo posteriormente a otras zonas limítrofes con el barrio, como los municipios de Burlada, Villava y Ansoain.

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