El estilo mediterráneo en Arquitectura y Decoración, como su nombre indica, es el estilo típico de las zonas de costa de los países del sur de Europa. Un estilo con miles de años de historia, que sin embargo, nunca pasa de moda y que es tendencia esta temporada.
Este estilo decorativo, de estética sencilla y elegante, evoca el estilo de vida de la región mediterránea a través de la luz y de los tonos claros, frescos y cálidos.
Arquima, que diseña y construye edificios de diseño y de muy alta calidad con criterios de arquitectura bioclimática, pasiva y de máxima eficiencia energética, detalla las claves de este icónico estilo a través de algunos de sus proyectos residenciales, para que el hogar luzca a la última este verano.
La decoración mediterránea es sinónimo de luz. Un estilo decorativo luminoso que prioriza la presencia de la luz natural. Las vistas al exterior también son imprescindibles para integrar la naturaleza a cada uno de los rincones del hogar.
El objetivo es conseguir un ambiente fresco, por lo que es necesario utilizar los colores de manera que se establezca una armonía adecuada entre los diferentes tonos y la luz.
El estilo mediterráneo es luminoso por su paleta de colores neutros inspirada en la esencia mediterránea y por la sempiterna presencia del blanco.
Un blanco puro que muchas veces se combina con detalles en azul Santorini, que recuerdan al mar, y que hacen que éste inunde de manera simbólica nuestras casas.
El estilo mediterráneo se caracteriza por el uso de materiales y acabados naturales como la madera o los azulejos. Muebles y diseños de formas y de texturas orgánicas que evocan el trabajo artesanal, la pasión por la sencillez, por los ambientes serenos y naturales y que son toda una exaltación del minimalismo.
Las domus, palabra latina, eran las típicas viviendas romanas de las familias de un cierto nivel económico. En este tipo de vivienda el atrium o patio interior era un elemento primordial.
En las casas-patio, como se conoce a este tipo de construcciones en argot arquitectónico, las estancias y la vida del hogar están organizadas en torno a un patio central privado.
En la actualidad, el patio interior sigue teniendo un gran protagonismo en este estilo decorativo.
La presencia de vigas vistas es un elemento típicamente mediterráneo. El color de la madera natural contrastando con el blanco de paredes y techos crea una gran sensación de confort y al mismo tiempo de amplitud y luminosidad.
En la cultura latina la cocina hace tiempo que ha dejado de ser solo un espacio en el que cocinar. Es el lugar donde comemos y donde nos comunicamos con el resto miembros de la familia. Un lugar de reunión que se abre al resto de estancias y que supera en protagonismo incluso al salón.
Un espacio versátil en el que compartir buenos momentos con familiares y amigos alrededor de una mesa.
La vegetación autóctona es uno de los elementos que no pueden faltar en los ambientes mediterráneos, tanto en espacios interiores como exteriores. El clima benigno de esta zona es un buen aliado para complementar la decoración con plantas naturales que requieren pocos cuidados, pero que aportan color y naturaleza al espacio.
El clima mediterráneo hace que podamos disfrutar de un ambiente agradable y relajado en el exterior en la temporada de verano. Crear un espacio al aire libre en el que relajarse aporta frescura y vitalidad al hogar.
Los veladores y celosías nos ayudarán a ganar espacios de sombra y frescor y podemos decorarlo con macetas cerámicas y plantas y flores autóctonas, típicas de cualquier patio mediterráneo.
Otro de los rasgos característicos de la estética mediterránea son los elementos redondeados. Arcos y techos sin esquinas ni ángulos rectos y de formas mucho más orgánicas. Cualquier detalle arquitectónico redondeado crea en el espacio una sensación de armonía y relajación.
Si se incluyen alguno de estos elementos en el dormitorio, esta sensación aumentará exponencialmente.
Consiste en una red creada para fomentar el conocimiento sobre circularidad y sostenibilidad en la arquitectura y la construcción.
Se trata de la primera comunidad de empresas, entidades y profesionales que une a toda la cadena de valor de la construcción en madera en nuestro país.
Esta cita ha destacado por abrir las puertas a una nueva época en la que la internacionalización, la apuesta por el sector de la prescripción y el desarrollo de la madera como material para la arquitectura y construcción van a marcar el futuro del certamen.
Este movimiento forma parte del cambio de identidad de la compañía, que evoluciona de Cementos Molins a Molins y así lo hacen también todos sus negocios.
La marca utiliza materia prima reciclada en sus procesos de fabricación, diariamente depura cierta cantidad del agua para reutilizarla y, además, el 100% de la energía eléctrica que se consume en su fábrica de Santander proviene de fuentes renovables.
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