España necesita incrementar por cinco su actual ritmo de rehabilitación anual de viviendas, hasta las 120.000 rehabilitaciones de media al año, para lograr que sus edificaciones tengan cero emisiones en 2050.
Solo así podrá cumplir con su compromiso contra la emergencia climática, adquirido con la UE, y logrará llegar hasta los 10 millones de rehabilitaciones de viviendas principales en las próximas tres décadas, según se recoge en la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESSE).
Con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética -que se celebra cada 5 de marzo-, la directora general de Green Building Council España (GBCe), Dolores Huerta, ha destacado que la eficiencia, tanto en el uso de la energía como en la de recursos naturales, es la primera de las medidas para alcanzar los objetivos de descarbonización. “No se trata de sustituir una fuente energética por otra o unos materiales por otros, sino de utilizar los recursos de manera inteligente para reducir su demanda”, ha argumentado Huerta.
Para lograr este desafío, la directora general de GBCe ha asegurado que la rehabilitación energética del parque edificatorio se presenta como una de las herramientas más eficaces para reducir su consumo energético y su emisión de gases de efecto invernadero. “La importancia de este objetivo es enorme, ya que el sector de la edificación en España ocasiona el 30,1% del consumo de energía final y el 25,1% de las emisiones”, ha recordado Huerta, quien ha matizado que este porcentaje se eleva hasta el 40% del consumo de energía y del 36% de las emisiones de CO2 en el conjunto de Europa.
“El parque edificado español está envejecido, es ineficiente y no da respuesta a las necesidades de habitabilidad del siglo XXI”, argumenta Huerta. Los datos son esclarecedores: la primera normativa que exigía incluir aislamiento térmico en las fachadas no se publicó hasta 1979 y el 50,8% de los 16,6 millones de viviendas principales con los que cuenta España fueron construidas antes de 1980. Asimismo, el 43,9% de las viviendas se levantó entre 1980 y 2007, año en el que entró en vigor el Código Técnico de Edificación (CTE).
En este contexto, la realidad es que un alto porcentaje del actual parque de viviendas español presenta necesidades de rehabilitación, tanto para restablecer o mejorar la calidad global del edificio como en lo referente a mejorar su comportamiento energético. Concretamente, la ERESSE cuantifica esta necesidad en 7,1 millones de edificios en España que atesoran los niveles más altos de energía.
“Es necesaria una inversión anual de 7.500 millones de euros al año, lo que supone el 0,6% del PIB, para poder mantener el ritmo de rehabilitaciones que España necesita hasta 2050”, ha explicado la directora general de GBCe y miembro del Grupo de Trabajo sobre Rehabilitación (GTR). En la actualidad, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española incluye una “Agenda urbana y rural, lucha contra la despoblación y desarrollo de la agricultura” que contiene un “Plan de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana”.
A juicio del director de Relaciones Internacionales de GBCe y coordinador del Foro de diálogo Aúna, Emilio Miguel Mitre, y tal y como se explica en la Hoja de ruta del proyecto Building Life, “la inversión necesaria para lograr el ritmo de rehabilitaciones y los niveles de eficiencia energética exigidos por la UE para 2050 no va a poder cubrirse con subvenciones públicas, lo que hace imprescindible un diálogo fluido entre el sector privado y el público en materia de financiación de rehabilitaciones de edificios”.
“Hay que ver este desafío de la eficiencia de la edificación como una oportunidad en muchos sentidos”, ha defendido Huerta, quien ha recordado que la rehabilitación puede generar 100.000 puestos de trabajo de media al año, tal y como cuantifica el GTR.
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