La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), en coordinación con la industria europea de fabricación de baldosas cerámicas (CET), pide a las instituciones europeas que incluyan al sector del azulejo europeo dentro de las industrias expuestas a la fuga de carbono por costes indirectos, permitiendo su acceso a las Ayudas de Estado para Comercio de Emisiones (ETS).
Así, solicita que se reconsidere la decisión de la Comisión de revisión de las Directrices de Ayudas de Estado EU ETS que, de confirmarse este lunes, 21 de septiembre, “discriminará a uno de los sectores más expuestos a la competencia internacional, dificultando su transición hacia una fabricación baja en emisiones de carbono”, señalan fuentes de Ascer.
Según Ascer, el regulador de competencia evalúa el impacto de la legislación climática comparando los costes de carbono con los costes laborales y considera que la industria cerámica no debería ser eligible porque puede compensar este sobrecoste mediante la reducción de puestos de trabajo
La decisión de la Comisión de no incluir las baldosas cerámicas en la lista de sectores expuestos a la fuga de carbono debido a los costes indirectos del carbono “supondrá una penalización para un sector totalmente comprometido con los objetivos de descarbonización para 2050, teniendo en cuenta todas las tecnologías existentes y futuras a su disposición. Para cumplir con los objetivos climáticos, la industria cerámica también dependerá de la electrificación y necesitará incentivos fiscales para compensar los costes adicionales en los que incurra durante la transición hacia una electricidad descarbonizada”, añaden desde la asociación.
En cuenta dos factores
A la hora de elaborar la lista de los sectores más expuestos a la fuga de carbono, y por tanto, elegibles para la compensación por los costes indirectos del carbono, la Comisión ha tenido en cuenta dos factores: la exposición a comercio internacional y la intensidad de CO2.
Según las explicaciones de Ascer, la razón por la que el sector de baldosas cerámicas no se incluye actualmente en esta lista de elegibilidad es exclusivamente por el hecho de que la intensidad de CO2 -el segundo criterio para determinar la exposición a la fuga de carbono- se calcula comparando los costes del carbono con beneficios y con costes de mano de obra (fusionados en un indicador económico disponible en Eurostat y conocido como valor añadido bruto – GVA pos sus siglas en inglés).
El resultado de dicha metodología, según la patronal cerámica, es que “un sector altamente expuesto a la competencia internacional y que tiene márgenes de beneficio ajustados (comparados con los costes de carbono), pero con costes laborales altos, se considerará que tiene un margen más amplio para absorber costes adicionales del carbono. En otras palabras, utilizando esta metodología, el regulador de competencia considera que dicho sector no debería ser eligible porque puede compensar este sobrecoste mediante la reducción de puestos de trabajo”.
Llamamiento a las instituciones de la UE
En este contexto, la industria cerámica europea hace un llamamiento a las instituciones de la UE para que dejen de evaluar el impacto de la legislación climática comparando los costes de carbono con los costes laborales: “El valor añadido bruto (Gross Value Added – GVA) es simplemente un indicador equivocado para este ejercicio y tiene el efecto perverso de penalizar las industrias que son más intensivas en mano de obra, y que son típicamente pymes”, subrayan.
Para la industria cerámica europea, este enfoque no puede estar alineado con el Green Deal ya que no puede tener como objetivo discriminar a sectores intensivos en mano de obra y privar a las industrias y pymes de la igualdad de oportunidades en la transición hacia una fabricación baja en emisiones de carbono.
“Es imprescindible que se reconsidere esta decisión, que agrava todavía más la situación de la industria y dificulta la transición hacia una fabricación baja en emisiones de carbono, un proceso con el que la industria está totalmente comprometida. El sector azulejero europeo es muy competitivo, y es uno de los líderes a nivel mundial, pero esta decisión le sitúa ante un panorama muy delicado”, concluyen en Ascer.
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