Lo primero que se produce al comenzar un incendio es una gran emisión de humos. Los humos son los causantes de la gran mayoría de víctimas de los incendios. Además, los humos, aunque no fueran tóxicos, anulan la visibilidad y dificultan enormemente la evacuación del edificio y la intervención de los bomberos. Para ayudar en este sentido, desde la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Tecnifuego) recuerdan que “las puertas de control de humos impiden la propagación de los humos que produce un incendio”.
En 2001 se editó en España la norma europea UNE-EN 1634-3, que establece los métodos de ensayo para este tipo de puertas. A pesar del tiempo transcurrido, la reglamentación española no se ha adaptado para incorporar este tipo de puertas “que tanto ayudan cuando se produce un incendio, incluidas las vidas que pueden salvar”, recalca la asociación.
Para dotar a un edificio de puertas de control de humos, no siempre es necesario instalar puertas adicionales. Las propias puertas cortafuego pueden disponer de su preceptiva clasificación EI 2 tt-C5, y también de clasificación S a o S 200. Incluso las puertas del edificio “no cortafuego” pueden ser “cortahumo”, pues el ensayo de control de humos es mucho menos exigente que el de resistencia al fuego. También pueden ser “cortahumo” las puertas situadas en vías de evacuación.
Prestaciones compatibles en una sola puerta
Son perfectamente compatibles las prestaciones EI2tt, C5, y Sa o S200, y también los requisitos del DB-SUA sobre fuerza de apertura en vías de evacuación accesible (65N para puertas resistentes al fuego, y 25N para puertas no cortafuego). También son compatibles las características de control de humos con las de aislamiento acústico, de manera que una misma puerta puede reunir todas estas prestaciones y, al mismo tiempo, cumplir los requisitos de accesibilidad.
El ensayo de control de humos consiste en la medición del caudal de fuga de aire a través de la puerta en diversas condiciones de presión, a temperatura ambiente o a 200 ºC. Para que una puerta supere este ensayo, solo es necesario que disponga de las juntas de estanquidad adecuadas para su clasificación (Sa o S200, respectivamente) y que tenga una rigidez suficiente para que al cerrar sobre el marco mantenga la estanquidad.
Como aseguran desde la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, “no hay motivo técnico ni económico que justifique la no inclusión de las puertas de control de humos en la reglamentación española (Código Técnico de la Edificación y Reglamento de seguridad contra incendios en establecimientos industriales)”. En Europa, la norma EN 1634-3 ya va por su tercera revisión, “mientras que España aún no ha hecho provecho de su enorme utilidad para la seguridad de las personas en los edificios”, añaden.
A diferencia de otros países como Luxemburgo, Reino Unido y Polonia, que hace mucho que la incorporaron a su reglamentación... “¿cuánto más tendremos que esperar?”, se preguntan en Tecnifuego.
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